miércoles, 11 de abril de 2012

Ninguna buena intención autoriza a violar los derechos de los niños.


Algunas mentes retuercen la percepción de la realidad y la describen pasando por alto los niveles de responsabilidad de los actores primarios y atribuyendo a los beneficiarios de la acción social formadora del tejido social –los niños en primer lugar- el papel de actores conscientes a plenitud de cuanto ocurre a su alrededor, como si fueran capaces de valorar en toda su complejidad las relaciones causa-efecto. Tal vez se proponen sacudir las conciencias e incentivar las decisiones que corresponde tomar a los adultos para reconstruir la justicia, la equidad, el orden y el amor que deben reinar en la sociedad.

Pienso que así procedieron quienes han diseñado un plan de acción para que la sociedad mexicana tome las decisiones más urgentes y provechosas en vista de las próximas elecciones, basado en videos en que hacen participar a los niños en actuaciones que, en su gran mayoría normalmente ejecutan los adultos. Asimismo pienso que equivocaron el camino y que, en vez de un medio original correctivo y valioso, han atizado el fuego de la confusión y de la deformación sociales, causando daño en primer lugar a los pequeños actores que han sido manipulados para probar algo que ni siquiera es claro para el mundo de los adultos.

Al presentar el video en su programa noticioso de ayer,  Ciro Gómez Leyva preguntó a quien entregó el video, si no habría otros temas y otros enfoques más hermosos del México en que vivimos, que pudieran servir mejor a los propósitos de sus autores. Me pareció un comentario inteligente. Definitivamente la organización “Nuestro México del futuro” ha dado un traspiés reprobable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario