sábado, 26 de mayo de 2012

"La sombra del Caudillo"... en 2012


Tal como irónicamente Josefina lo dijera, sólo faltaba que Enrique Peña Nieto se deslindara de sí mismo.
El licenciado en cinismo se graduó de doctor, en un salto circense, delante de la gran asamblea de los priístas reunidos para enfrentar la crisis provocada por el caso Yarrington. Luciendo ante las cámaras su maquillada y sonriente cara hecha para la televisión, convocó al nacimiento del nuevo PRI, el suyo, el del siglo XXI, en el cual no tienen cabida la corrupción ni la impunidad, porque él mismo buscará nuevas formas de cumplir con lo que de él espera la ciudadanía.
La complicidad de la televisora con el naciente Caudillo quedó patente en la “ingenua” naturalidad con que difundió el grotesco espectáculo.

Confío en que los ”131”, los “132”, los viejos como yo y los miles de hombres y mujeres pensantes y libres, que los hay en este país más que en la chusma comprada, se hayan burlado de la triste mascarada.

No queremos más caudillos. Mucho menos un payaso.

jueves, 24 de mayo de 2012

Pasos en la azotea


¿Qué temores oculta Peña Nieto detrás de su declaración de que “No reinstaurará al viejo PRI”, de aceptar públicamente los votos que le ofrece el renegado Manuel Espino y de verse exhibido como dudoso simple viajero -¿negociador del narco o apenas “burro” de droga o de dinero?- en los excesivos (167) vuelos de ida y vuelta entre México, Miami y anexas, nada más en los dos años anteriores a su candidatura? ¿Es de verdad señor absoluto del PRI, para sentirse a salvo de exclusiones y atentados? ¿Teme perder las elecciones  o algo más importante?
Desde el principio de su campaña se oía truenos lejanos y se veía nubes de tempestad. Desatendiendo negros augurios, sus patrocinadores hicieron muy malos cálculos y están resultando pésimos profetas. No basta montar a todo lujo una telenovela y meterla por los ojos a los mexicanos. El supuesto de los productores amenaza ser falso: los mexicanos –los viejos y los jóvenes,  las mujeres y los hombres- no son los tontos que la gran comisión de dinosaurios ha venido pensando.
Al tiempo. Unas cuantas semanas.

martes, 22 de mayo de 2012

El colmo del cinismo

Enrique Peña Nieto ha declarado que “no reinstaurará al antiguo PRI”.

Cínico lo ha sido desde que, como gobernador, comenzó a mentir, a solapar, a manipular y a enriquecerse a costa del pueblo. Distinguídamente cínico lo es cuando hace tal declaración en, desde y para el cinismo, a mitad de la campaña electoral por la presidencia de México.

Precisamente porque siente en el rostro los escupitajos de quienes conocen sus obras y sus intenciones, se ve orillado a intentar tranquilizar a los votantes de México con el engaño de que no reinstaurará lo que ha estado sólidamente instaurado tres generaciones atrás pero ahora se bambolea frente a una ciudadanía menos ciega y más libre para encarar a sus depredadores.

Una sola prueba bastaría para dar siquiera un argumento sólido a quienes desconfíamos de su honestidad y confiabilidad: que ordene el cambio de escudo del PRI, partido que se ha adueñado de los colores nacionales aduciendo un derecho que, pese a sus alegatos, no tiene porque viola el derecho a la justicia y a la equidad de los demás partidos.

Faltan unas cuantas semanas para el día de elecciones. Espero que en ellas se desmorone el costoso monumento publicitario que para sí ha construido con la complicidad de los medios y de sus vastas redes de cómplices.

No debe haber futuro para el PRI en un país que, como México, está despertando a la verdad.

martes, 15 de mayo de 2012

Anomia


Hace tres o cuatro días encendí el aparato al comenzar uno de los noticieros que cada hora emite Milenio Televisión, en el momento en que se transmitía la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana. En el preciso instante en que comenzaba a concentrar mi atención en el asunto, escuché que un alumno preguntaba o afirmaba algo acerca de lo que llamó “anomia”. Y tuve la impresión de que su intervención quedó en el aire, pues observé que Peña Nieto parecía no darse por enterado o que  el interlocutor no esperaba respuesta. Nadie pareció darse por aludido. Y las cosas siguieron adelante como si nada hubiera ocurrido.

Yo registré la palabreja en la memoria y me pregunté sobre su significado. El tiempo que de estudiante dediqué al estudio del Griego clásico y el que dediqué a enseñar Etimologías, me facilitaron encontrar rápidamente el sentido: α (sin), νόμος (ley, norma, regla). Después supe que, durante el evento, Peña Nieto había dejado sin respuesta la pregunta de un estudiante, porque no entendió una palabra. Y aunque en ninguna parte encontré cuál había sido la pregunta, me imaginé que habría sido alguna en que dicha palabra iba incluída.

Hoy quiero externar la reflexión que me he hecho sobre el rico y profundo significado que “anomia” tiene en el campo de las ciencias sociales; ya sea que se use como referencia a una carencia, a un conjunto específico de ellas, o a la totalidad de cuantas pueden causar una grave situación de degradación de la especie por la falta de normatividad en las conductas y en el campo de los valores.

El tema viene muy a cuento con la situación que México está viviendo en este período electoral de tanta confusión rivalidad, odios y hasta violencia.

Como sociedad, vivimos cautivos de una colección de anomias: falta de leyes que regulen inteligentemente la convivencia; falta de procedimientos o protocolos para prevenir errores en la interpretación y aplicación de las mismas; pero, sobre todo, falta de valores éticos que garanticen el respeto a los derechos humanos: a la vida y a la propiedad, igualdad para todos, transparencia, ausencia de impunidad, libertad…

Esa es la gran asignatura que los mexicanos tenemos pendiente, sobre todo después de los años de la dictadura priísta que nos malacostumbró a vivir sometidos, a recibir dádivas y ansiar el circo de la televisión, a ceder la libertad de elegir gobernantes, a callar para no perder, a obedecer como esclavos. Nuestra gran anomia es nuestra enorme falta de educación como seres humanos.

Toda campaña electoral para sacar adelante la democracia será tiempo perdido y terminará en el fracaso, si no se realiza esfuerzos suficientes para superar la anomia moral, esa anemia que nos puede postrar sin más esperanza que la muerte.

sábado, 12 de mayo de 2012

¡Fuera de la lid ciudadana, los delincuentes!

 
Abelardo Martín M. escribió "La Ibero proletarizada" en su columna "Dintel", en Quadratin.
 
Me sacó lo "jesuita". Estudié en la Gregoriana y después en la Ibero. Siempre he pensado que los jesuitas representan lo más avanzado del pensamiento católico. Por ello los considero también los más abiertos y tolerantes entre los pensadores de las órdenes religiosas católicas. Y creo que han sembrado por todo el mundo semillas de libertad y, también por consiguiente, de intolerancia a la mala fe, a la injusticia y a la sumisión pendeja.
El autor del artículo tiene una mirada sesgada. La Ibero ha tenido siempre mayoría de estudiantes "de derecha"; pero nunca ha cerrado sus puertas a quienes tienen otros antecedentes. Incluso a los pobres les da cabida mediante un generoso sistema de becas. A Peña Nieto no lo rechazaron por intolerancia a su pensamiento, sino a sus obras -a sus crímenes-, a sus mentiras deliberadas y a sus propósitos nefastos para México. Los letreros que exhibieron en su cara: "Asesino", "Se ve, se siente: Peña Nieto delincuente", expresan con toda claridad acusaciones y rechazo precisos, no diferencias de pensamiento.
¡Bravo por la Ibero!

domingo, 6 de mayo de 2012

La merma en popularidad que sufrirá Peña Nieto

Hoy vi por Milenio televisió el debate entre los cuatro candidatos a la presidencia de la República. Mis expectativas resultaron en general bien estimadas.

Enrique Peña Nieto me sorprendió con una cierta habilidad para expresarse, aun sin dominar la corrección del lenguaje. Parece haber tenido una buena asesoría de imagen. Iba preparado para defenderse, porque esperaba que lloviera en su milpita. Y le llovió, tanto de parte de Josefina como de Andrés Manuel. Fueron más precisas y profundas las críticas de Josefina.

La verdad es que Enrique no tenía manera de defenderse a cabalidad. Peor le fue con López Obrador. Pero las "pruebas" de los dichos de ambos candidatos me quedaron sujetos a la duda sobre su genuinidad. Definitivamente los tengo por mentirosos a los dos. Por otra parte, Peña Nieto insiste en su estrategia de querer reducir un debate a "propuestas y promesas"; cuando la gente espera valorar su personalidad para saber si puede creerle. López Obrador no tiene la capacidad de analisis de sus propuestas al nivel de poder explicar los "cómos" cumplir sus ofrecimientos.

Josefina sabe lo que dice y tuvo el mérito de abordar sustancialmente los temas que le correspondieron. Y se dio tiempo para dar un par de mandarriazos bien puestos a la presunción de buena administración de justicia y cumplimiento de compromisos de que Peña Nieto tanto ha alardeado. Supo defenderse bien, con dignidad, de la acusación de mentirosa que éste le lanzó.

Gabriel Quadry mantuvo la bandera del ciudadano que mira repartirse trompadas a los "políticos", pretendiendo engañar al auditorio con esa estrategia. Si no se considera "político" en esta campaña, debe renunciar; porque, le guste o no", se ha vestido la casaca de político. No nos basta un simple ciudadano para hablar, con fundamento, como debe hacerlo un político. Con todo, tuvo algunas intervenciones afortunadas.

El reglamento diseñado para guir el debate, así como la producción televisiva, fueron una soberana porquería; estaban hechos para fomentar su violación y las bofetadas fuera del ring.

Tomando como referencia la encuesta que día a día publica Milenio -y presuponiendo su honestidad-, preveo que, en la próxima, Peña Nieto bajará 6 puntos; Josefina subirá 6; Andrés seguirá a la zaga de Josefina; Quadry subirá a 3 puntos; los indecisos bajarán en proporción.