Después de ver minimizada su presencia en la competencia por la Presidencia de la República, por la estrategia de Peña Nieto y sus cómplices de los medios para hacer pensar al público que sólo hay dos candidatos entre los cuales escoger -Peña Nieto y López Obrador- porque ella, en las encuestas, ha sido irremediablemente superada, Josefina dió un sonoro trompetazo que sacudió al país en su cierre de campaña de Guadalajara, al anunciar que, de triunfar, invitará al Presidente Calderón a asumir la Procuraduría General de la República para garantizar que tendremos al frente de ésta a un abogado competente, conocedor a fondo de las Leyes, respetuoso de las mismas y conocedor del mundo de la justicia en nuestro país.
El anuncio sacudió las conciencias y seguramente ganará votantes para Josefina, pues el Presidente Calderón cuenta con una mayoritaria aprobación del ejercicio de su mandato y específicamente de su trabajo con el Ejército para combatir al crimen organizado. El efecto en la votación no podrá verse ya en encuesta alguna. Pero no puede haber duda de que se verá en las elecciones.
El asunto queda en manos de la mayoría silenciosa que definirá de manera definitiva el resultado de la contienda electoral, el cual, por unas horas más, es moneda en el aire.
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